Aunque muchos damos por hecho el acceso a la electricidad, aún hay comunidades rurales que no cuentan con esta conexión. En este blog les compartimos el caso de la provincia de San Pablo, al norte de Perú, cuyo ritmo se marcaba por la salida y la puesta del sol. Ahora genera su propia energía proveniente de fuentes renovables gracias al apoyo de Practical Action. (12 min)
Antes de iniciar Bicionarios, hubo un periodo de dos años en el que nos dedicamos a pensar en la estructura que le daríamos a este recorrido por Suramérica y en la mejor manera de generar el impacto que buscamos. Durante este tiempo, uno de los insumos claves fue el libro de Ernst Friedrich Schumacher titulado “Lo pequeño es hermoso” de 1973. En él encontramos cientos de ideas que describían la utopía que buscamos promover, un modelo de sociedad donde los valores y la educación se superponen a la lógica económica para lograr ideas grandes y vitales, viviendo en correspondencia con el carácter limitado de las reservas de nuestro planeta, orientados a la permanencia.
La razón por la que menciono esto es porque las ideas de Schumacher no solo siguen vigentes, sino que se siguen materializando hasta hoy. La organización que se originó con el propósito de convertir estas ideas en realidad se llama Practical Action (Soluciones Prácticas en español), y su equipo en Perú lidera la primera iniciativa que visitamos en este país. Desde el momento en el que supimos que nos iban a recibir, empezó a gestarse en nosotros una expectativa de conocer cómo se ponían en práctica las ideas que nos habían inspirado desde el inicio del proyecto.
Para llegar a Cajamarca, la ciudad donde nos estaban esperando, tuvimos que pedalear casi mil kilómetros desde la última iniciativa que visitamos en Ecuador. En este trayecto no sólo notamos diferencias en el paisaje, también notamos cómo disminuyó la calidad de la infraestructura Estatal. Sin embargo, la generosidad y bondad de las personas siguió siendo increíble. Benito Ramírez, el coordinador de la oficina para esta región, es una de las personas que nos recibió de la mejor manera. Conversando con él, nos explicó más sobre el contexto regional de Cajamarca. Nos comentó que en este departamento una de las principales actividades económicas es la minería y que de hecho concentraba un porcentaje importante de las concesiones mineras del país.
Esto capturó nuestra atención y nos llevó a leer más al respecto. Resulta que en el 2018 el 25.02% del territorio de toda Cajamarca correspondió a concesiones mineras y es la segunda región que más produce oro en el país (Observatorio de Conflictos Mineros en el Perú, 2018). Sin embargo, esta actividad también ha generado una serie de conflictos sociales en la zona. El caso más emblemático es el del proyecto de Conga, cuya ejecución está suspendida debido al despliegue de comunidades que buscan proteger el ecosistema que iba a verse afectado, pues se trata de la cabecera hídrica más importante de la región de Cajamarca. Y, aunque muchos abogan que la minería ha traído progreso a la zona, los hechos demuestran algo distinto. Antes de que iniciara la presencia de proyectos mineros en la región, Cajamarca era la cuarta en nivel de pobreza a escala nacional, ahora es la primera (Inforegión, 2018). Este retroceso y la persistencia de la protesta por los impactos ambientales generados reflejan que los excedentes obtenidos por esta actividad no son redistribuidos, y que su impacto se concentra de manera desproporcional en las comunidades más vulnerables y apartadas. Incluso el actual gobernador expresa claramente que “la minería en Cajamarca ha traído conflicto, pobreza y desigualdad” (TVPerú, 2019).
Aunque Practical Action aborda temas que incluyen el acceso a agua, saneamiento e higiene, la reducción del riesgo de desastres, y agricultura y manejo de bosques, en esta ocasión nos enfocamos en su labor para proveer el acceso a electricidad con fuentes limpias a la provincia de San Pablo. Este asunto es de especial importancia si se tiene en cuenta que la región de Cajamarca ha sido históricamente la región del país con los menores índices de cobertura eléctrica. En el año 2008 presentaba un índice de 40% a nivel regional, y apenas del 22.3% a nivel rural. Para el caso específico de San Pablo, este índice de cobertura era del 19%, el más bajo de la región. Esto obligaba a la gran mayoría de personas a recurrir a combustibles como leña, carbón, o excremento de ganado para cocinar, y a usar velas y kerosene para alumbrar de noche. Sencillamente, anacrónico y altamente perjudicial para su salud.
Tras esta introducción, el equipo de Practical Action nos ayudó a coordinar una serie de encuentros en distintas comunidades de la provincia para conocer de primera mano la nueva cara de esta comunidad. Para llegar con mayor celeridad, tomamos un bus y luego de un trayecto de una hora y media llegamos al punto a partir del cual tendríamos que caminar un par de horas para llegar a Ingatambo, la primera comunidad que visitaríamos.
Al bajarnos de la combi y empezar a caminar, sentimos los contrastes que habíamos conversado anteriormente con Benito. Para llegar a este punto pasamos junto a la mina de Yanacocha, la mina de oro más grande de Latinoamérica y la segunda del mundo. Resulta impresionante que las bajas cifras de cobertura de energía eléctrica convivan con esta enorme fuente de riqueza que demanda tanto de este recurso para su operación. Sin embargo, tras caminar algunos metros, empezamos a notar una serie de elementos llamativos en el paisaje. De repente notamos que las casas que observábamos contaban con paneles solares. Unos metros más adelante, una familia campesina mudaba su ganado de leche hacia un área con mejores pastos. La cerca móvil que utilizaban estaba electrificada y funcionaba con baterías que cargaban en sus hogares.
Cuando finalmente llegamos a la escuela, tuvimos la oportunidad de conversar con el profesor Florentino Yopla y su esposa Vilma Chuquilín. Nos contaron de los cambios que habían experimentado a lo largo de los últimos 12 años, el tiempo durante el cual la comunidad trabajó de la mano con el equipo de Practical Action para resolver sus necesidades de energía. A partir del 2007 iniciaron la Planificación Energética Territorial Participativa (PETP), por medio de este proceso identificaron desde lo local las necesidades y las potencialidades energéticas aprovechando tecnologías de generación de energía renovable. A partir de esto construyeron una propuesta con una perspectiva sistémica que abordaba el ámbito doméstico, el productivo y el comunitario con tres proyectos principales, el acceso a la energía eléctrica, a la cocción limpia y a la energía térmica para aumentar la temperatura del agua. Este último elemento cobra especial importancia si se tiene en cuenta que estas comunidades habitan entre los 4.000 y 3.200 m.s.n.m. y el agua que utilizan a diario es helada.
Recorriendo la escuela, nos mostró la cocina mejorada que instalaron en el marco de un programa estatal y cuya tecnología se asemeja a la empleada por las cocinas instaladas en el marco del proyecto. Con ésta no sólo consumen una fracción de la leña que se utilizó tradicionalmente, sino que resuelven una de las principales afectaciones que experimentaban, el efecto negativo del humo en el sistema respiratorio y en la vista. Se instalaron 746 cocinas de este tipo en la región. Sin embargo, nos compartió una barrera que aún no se ha superado en algunos hogares. Aún hay familias que utilizan la estufa tradicional pues perciben que la comida dura más tiempo caliente de este modo. En unos casos, la costumbre ha logrado anteponerse a las múltiples ventajas de usar esta nueva tecnología.
Avanzamos en el recorrido y nos contó que adicionalmente esta fue una de las 6 escuelas que salió beneficiada con la instalación de paneles solares y con internet satelital. Esto permitió incluir el uso de computadores en las aulas y agilizar la discusión de los temas que él imparte a diario. Gracias a esto, la curiosidad de los niños se activa y surgen nuevos cuestionamientos que pueden resolver gracias a este acceso a información que antes era impensable. Agregó que el acceso a la electricidad en su hogar también ha favorecido su labor como profesor pues ahora puede aprovechar el tiempo en la noche para preparar la clase del próximo día. Otras 9 escuelas del área de influencia del proyecto cuentan con calentadores de solares de agua y son proveídas de electricidad a partir de Micro Centrales Hidroeléctricas, como la que conoceríamos más adelante.
Al día siguiente partimos de Ingatambo para ir hacia Suro Antivo, esta vez fueron dos horas y media de caminata. Nuestra llegada coincidió con la celebración de las fiestas de pueblo. En la mañana se preparaban tarimas, se alistaban los parlantes y llegaban los asistentes. Mientras se culminaban los detalles faltantes tuvimos la oportunidad de compartir con Homero Cabanillas y con Elí Cueva, el primero era el administrador de la Micro Central Hidroeléctrica (MCH) de la comunidad, y el segundo su operario. Mientras nos dirigimos al lugar donde estaba ubicada la planta nos contaron que ésta tenía capacidad para proveer de energía a 200 hogares, pero que por ahora sólo suple a 80 de Suro Antivo, El Choro e Ingatambo. Con este dato en mente llegamos al lugar en el que estaban instalados los equipos y nos sorprendió ver que estaban al interior de una casa que, de no ser por el sonido de la planta, no tiene nada que la diferencie de cualquier otra casa de la zona.
A partir de un pequeño cauce que se desvió de una cuenca cercana, se diseñó una caída de 20 metros en la pendiente de una ladera. La energía mecánica generada por el fluir del agua se convierte en la electricidad que transformó la realidad de estas comunidades. Una de las evidencias más interesantes de este cambio es el mensaje que nos compartieron ellos mientras hablábamos de los roles que cumplían. Para ambos, esta actividad había plantado en ellos un interés especial en este asunto, pero su principal motivación no era el incentivo económico que recibían, sino el hecho de estar contribuyendo a su comunidad. El sentirse guardianes y promotores del bienestar de sus vecinos. Y tienen razón de sentirse de este modo, pues la labor de instalación de esta MCH no le correspondió a un tercero que ejecutó un proyecto que no fue socializado, sino que surgió de un debate con toda la comunidad y gracias al trabajo de sus integrantes.
Que esta solución esté hecha a la medida de las comunidades que se benefician de este proyecto, ejemplifica una de las ideas que Schumacher expresa en el libro que mencionamos al principio. Para él es esencial que sea la tecnología la que se ajuste a sus beneficiarios y no al contrario. No es necesario contar con tecnologías que estén a la vanguardia, sino con tecnologías intermedias que incluyan a la población como una parte activa de la solución, en lugar de verlos como receptores pasivos. En caso de que esta necesidad hubiese sido satisfecha bajo un paradigma tradicional, la planta contaría con una tecnología más sofisticada y más eficiente, pero su administración y manejo no recaerían en miembros de la comunidad debido a la falta de una serie de conocimientos específicos. Esto no solo crearía una exclusión más para la población local, sino que desaparecería el empoderamiento y el sentido de pertenencia con el que cuenta la comunidad actualmente. Schumacher lo expone tajantemente en su libro al afirmar que “la economía del gigantismo y de la automatización es un remanente de las condiciones y del pensamiento del siglo XIX, totalmente incapaz de resolver ninguno de los problemas de hoy”.
En la noche, la alegría de la celebración estaba ambientada por música de bandas locales, concursos equinos y exposiciones de ejemplares bovinos de la zona. La protagonista silenciosa era la electricidad que alimentaba los equipos que amplificaban la música, que iluminaban el área en la que bailaban, y que había cargado los celulares que estaban registrando diferentes momentos de esa noche. La electricidad no sólo se evidenció en la mejora de sus condiciones de su vida cotidiana, sino que habilitó un espacio de integración cultural para fortalecer los lazos al interior de la comunidad.
Los siguientes días estuvimos compartiendo con otros vecinos y vimos proyectos productivos que no existirían sin la electricidad. Entre ellos, una tienda de helados, una peluquería y una carpintería. Luego empacamos nuevamente nuestras maletas y nos dirigimos hacia Tumbadén Grande, el lugar donde estaba el centro de salud que atiende a los habitantes de esta zona; acá lo llaman posta. Nuevamente caminamos un poco más de dos horas para llegar. Allí conocimos a la obstetra Cinthya Cueva, quien está encargada de la administración del lugar y además atiende a los pacientes en conjunto con Yuly Ayay, licenciada en enfermería. Recorrimos cada área del lugar mientras nos explicaba cómo había mejorado la electricidad su labor diaria. Partió desde lo esencial, poder atender a pacientes en horas de la noche. Luego siguió con otros aspectos, como el uso de un computador para digitalizar la información de los pacientes y hacer gestión de inventarios, llevar a cabo procedimientos para diagnosticar el Virus de Papiloma Humano de manera temprana, y la anemia en niños a partir de una muestra de sangre. Sin embargo, el elemento que más destacó fue la posibilidad de refrigerar las vacunas que aplican de manera recurrente, pues anteriormente debían recorrer un trayecto que tomaba más de dos horas para ir a la posta del distrito a conseguirlas.
Pasamos la noche en el centro de salud y nos alistamos para salir temprano en la mañana en el bus que transita esta región una vez por día. En nuestro camino de regreso nos percatamos de toda la distancia que habíamos recorrido y en lo complicado que era el terreno. Mientras pasábamos por los lugares en los que estuvimos, era inevitable pensar en la historia de las personas que conocimos y en los cambios que habían experimentado. Sólo en el distrito de Tumbadén, parte de la provincia de San Pablo, el nivel de cobertura pasó del 5% en el 2007 al 95.8% en el 2018, donde el 35.4% accede a la electricidad mediante la ampliación de la red del Sistema Eléctrico Interconectado Nacional (SEIN) que sucedió en el 2017 y el 64.6% a través de sistemas aislados que utilizan energías renovables. Además, el uso de estas tecnologías ha permitido evitar la emisión de un total aproximado de 4,650 toneladas de CO2 (Ramírez, 2019).
Uno de los siguientes pasos a dar es garantizar que los equipos que se encuentran instalados sean gestionados de manera tal que no se afecte el servicio que están prestando actualmente. Se acerca el momento de renovar las baterías que almacenan la energía de los Sistemas Fotovoltaicos Domésticos (SFD) y aún no se ha definido el mecanismo ni el actor que asumirá esta responsabilidad. Además, esta coyuntura plantea un cuestionamiento frente a la idoneidad de este sistema, pues mientras el 40.9% de los hogares hacen uso del SFD, éste sólo genera el 31% de la energía producida. Por el contrario, la MCH genera el 67.4% pero sólo es aprovechada por el 18% de la población. Esta tecnología, que se encuentra subutilizada, les permitiría a más hogares hacer un uso más intensivo de la electricidad pues no cuenta con las restricciones de voltaje que tienen los actuales SFD.
Si bien este cambio implica una inversión importante para hacer la conexión desde la planta hasta los hogares, este resultado podría surgir del trabajo mancomunado de las comunidades y los gestores del SEIN quienes recientemente desarrollaron un proyecto en la región para aumentar la cobertura. Así se lograrían sinergias que no se presentaron la última vez que hicieron presencia en la zona, pues la entrada de esta red implicó que algunas MCH de comunidades aledañas entraran en desuso. Esta ineficiencia podría solventarse integrando la energía generada por la planta al SEIN e involucrando a personas locales capacitadas para su operación y mantenimiento para disminuir los costos operativos de esta actividad, algo que ya se logró con la ayuda de Practical Action.
Una situación similar se presenta con los paneles, el internet satelital y los calentadores solares instalados en las escuelas y hospitales. Estos equipos entraron a ser administrados por entidades adscritas a los ministerios correspondientes. Sin embargo, el mantenimiento que se ha realizado en las escuelas ha sido deficiente y está afectando la calidad del servicio que reciben. Y aunque en el sector salud funciona mejor, aún falta celeridad en algunas ocasiones para solventar percances con los equipos.
Independientemente de estas observaciones, la transformación que ha sucedido en estas comunidades tiene un enorme potencial que aún está pendiente de ser aprovechado. Contar con este nuevo recurso invita a articular la electricidad a cadenas de valor propias del territorio, fortaleciéndolas y habilitándolas para generar un mayor valor agregado a nivel local. Además, esta mejora en el bienestar de las familias puede convertirse en una oportunidad para abordar la equidad de genero que aún es un asunto pendiente, especialmente en estas zonas rurales y apartadas.
Nosotros avanzamos en nuestro camino y nos apartamos de la provincia de San Pablo sin la certeza de volver a ver a las personas que conocimos. Sin embargo, es satisfactorio pensar que el trabajo en conjunto de esta comunidad y del equipo de Practical Action logró cerrar una brecha importante que los separaba del resto del mundo, pues no existían estímulos para que actores del sector público o privado lo hicieran. Para estos, el hecho que se tratara de una pequeña comunidad aislada y con bajos consumos de energía, hacía que no fuese un proyecto costo-eficiente. Sin embargo, al apartarse de esta lógica económica, el equipo de Practical Action logró evidenciar que es allí donde se encuentra la mayor responsabilidad social y ambiental. Pues, (parafraseando a Schumacher) aunque la lógica económica es la indicada para evaluar otro tipo de circunstancias, es potencialmente destructivo permitir que se anteponga a la moral, a la ética, al humano. Ahora, 12 años después de haber iniciado esta labor, han logrado transitar juntos la última milla que los separaba de un mundo de infinitas posibilidades. Nosotros podremos alejarnos, pero ahora contamos con un medio para conectarnos sin importar la distancia.
Escrito por: Sergio Martínez
Lista de referencias
Inforegión. (2018, Junio 15). Aseguran que minería no impulsó desarrollo en Cajamarca. Recuperado de Inforegión – Agencia de prensa ambiental: http://www.inforegion.pe/251638/aseguran-que-mineria-no-impulso-desarrollo-en-cajamarca/
Observatorio de Conflictos Mineros en el Perú. (2018). REGIÓN CAJAMARCA – Observatorio de Conflictos Mineros en el Perú. Recuperado de OCM: http://conflictosmineros.org.pe/2018/07/17/region-cajamarca/
Ramírez, B. (2019). Energía Rural – Un caso de Planificación Energética Territorial Participativa.Cajamarca: Practical Action.
TVPerú. (2019, Enero 18). La minería en Cajamarca ha traído conflicto, pobreza y desigualdad, afirma gobernador. Recuperado de TVPerú – Noticias: https://www.tvperu.gob.pe/noticias/politica/la-mineria-en-cajamarca-ha-traido-conflicto-pobreza-y-desigualdad-afirma-gobernador